La mayoría de los autores y críticos han reconocido a Kafka como uno de los grandes escritores de su siglo, dotado de una interioridad y unos poderes de expresión extraordinarios.
Kafka ansiaba encontrarle un significado a la vida y expresarlo en sus escritos.
Lo que encontró fueron tan sólo paradojas.
«El proceso» representa el mundo de un hombre dividido interiormente, inseguro de estar en la realidad: Josef K.
jamás descubrirá cuál es su culpa y ni siquiera llegará a saber si es culpable.