Hijo de británicos acomodados residentes en el Asentamiento Internacional de Shanghai -un islote respetado dentro de la China ocupada por Japón-, Jim, niño de personalidad singular, escrutadora y analítica, recibe un mazazo inesperado cuando, de resultas del ataque a Pearl Harbor y la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial, los japoneses irrumpen en la ciudad y se ve separado de sus padres y arrojado a buscarse la vida por sus propios medios.
Recluido finalmente en el campo de prisioneros de Lunghua en la edad decisiva del paso de la infancia a la adolescencia, se adaptará con extrema e instintiva lucidez a este nuevo y reducido mundo para el cual rigen otras reglas y que pasará a convertirse para él, paradójicamente, en una suerte de «segundo hogar».