Adoptado de la calle por el profesor Kushami en Tokio, el felino narrador de «Soy un gato» sirve a Natsume Soseki (1867-1916) para hacer un hilarante retrato del ser humano y de una sociedad japonesa en plena mutación durante la modernizadora era Meiji.
A la vez que, con gran orgullo, el gato a menudo se indigna por la forma en que lo tratan y rápidamente juzga a los humanos como bestias extrañas y volubles, no escapan a su penetrante mirada ni la propia familia de Kushami con su esposa, sus tres hijas y O-San, la criada, ni los numerosos personajes, a cuál más caricaturesco, que desfilan por la casa, como Meitei, el estudiante esteta, fantasioso y pedante, Kangetsu, el estudiante de doctorado excéntrico, y muchos otros visitantes que hacen de la novela una estampa a la vez festiva y feroz.
Traducción de Emilio Masiá