En una guitarra, una cuerda al aire es aquella que se hace sonar sin presionar ningún traste.
Vibra así durante más tiempo, rica en armónicos.
El narrador de estas páginas ha dejado libre la imaginación para, sin casi ejercer presión sobre ella, dejar oír esas notas.
De ellas emergen atmósferas y personajes que dan vida a un relato entre lo lúdico y lo sentimental que es una mezcla de lo que no pasó, de lo que podría haber pasado y de lo que otros recuerdan que pasó.
Una «jam session» de la memoria a la que se nos convoca para revivir las noches cálidas de la juventud, unas veces en Mallorca, otras en Barcelona, en las que gracias a la amistad, la confabulación y algunos pases mágicos, las guitarras circulan de mano en mano y se convierten en incuestionables protagonistas.