En esta novela impregnada del mismo espíritu satírico que años después sería también seña de identidad de «El maestro y Margarita», de Bulgákov, su protagonista, Chíchikov, pergeña el plan de comprar «almas muertas» -esto es, la propiedad de siervos fallecidos- para así poder pedir un crédito al Estado, con esta propiedad como aval, antes del siguiente censo y labrar su fortuna.
En el relato de sus andanzas por la Rusia rural, repleto de episodios y encuentros a menudo chocantes o grotescos, Gógol dibuja un retrato descarnado y regocijante de la personalidad y los resortes de conducta de funcionarios, terratenientes y demás miembros de la sociedad zarista.